lunes, 27 de julio de 2009

Chequea tu consumo de vitamina E


Además de actuar como vitamina, tiene también una importante acción antioxidante.

La vitamina E pertenece al grupo de las vitaminas liposolubles, es decir, es soluble en grasas, por lo que puede almacenarse en nuestro organismo. Concretamente, se deposita principalmente en el tejido adiposo o graso, el hígado y el músculo y, en menor proporción, en los órganos sexuales femeninos y masculinos y ciertas células sanguíneas (eritrocitos y plaquetas). Existen hasta 8 compuestos (isómeros) diferentes dentro de la denominación vitamina E, cuatro tocoferoles y cuatro tocotrienoles. El alfa-tocoferol es el más común (se ha llegado a denominar a la propia vitamina con este nombre) y el de mayor acción vitamínica.

Sus funciones
La vitamina E protege a las membranas celulares del sistema nervioso y del sistema cardiovascular, a los glóbulos rojos y a las células musculares. También es un gran antioxidante, capaz de neutralizar los radicales libres, evitando la oxidación de células, proteínas, lípidos y material genético (ADN, ARN). Así mismo, reduce la necesidad de vitamina A y favorece la acción de beta-carotenos, vitamina C y ácidos grasos poliinsaturados, impidiendo la formación de radicales libres (peróxidos). Por último, potencia el sistema inmunológico, ya que diversos estudios en humanos han demostrado un aumento de la respuesta inmunológica después de administrar suplementos de vitamina E.

Preguntas y respuestas

¿En qué alimentos abunda?
Aceite de germen de trigo, aceite de soja, germen de cereales o cereales de grano entero, aceites de oliva (de primera presión en frío), vegetales de hoja verde y frutos secos.

La falta de Vitamina E puede provocar la destrucción de glóbulos rojos, degeneración muscular, anemias y trastornos neurológicos o de la reproducción
¿Cómo se detecta su deficiencia?
Existe un mayor riesgo de déficit en niños prematuros o con bajo peso corporal y en quienes sufren de fibrosis quística o padecen de obstrucción biliar crónica. Cuando existe una mala absorción de grasas también se produce una carencia de la vitamina.

La deficiencia de Vitamina E puede provocar la destrucción de los glóbulos rojos, degeneración muscular, algunas anemias, trastornos de la reproducción y trastornos neurológicos debidos a una mala conducción de los impulsos nerviosos.

¿Cuáles son las recomendaciones de consumo diario?
Las necesidades diarias de esta vitamina en los adultos son de 10 a 12 mg al día. Esta cantidad se encuentra en unas diez cucharadas de aceite de oliva, en dos de aceite de girasol o en dos puñados (50 gramos) de almendras o avellanas.

¿En qué situaciones puede resultar útil un suplemento?
En los deportistas (para minimizar el riesgo de lesiones) y en personas con mala absorción de grasas y otras alteraciones relacionadas. En función de los hábitos alimenticios concretos, también será recomendable la vitamina como suplemento.

También puede resultar útil el suplemento de Vitamina E en fumadores. La exposición activa o pasiva al humo del cigarrillo ocasiona una importante disminución de dicha vitamina en el cuerpo humano. Así, el humo del tabaco, una dieta demasiado rica en grasas poliinsaturadas (frutos secos, aceites de semillas o pescado), así como la deficiencia de vitamina C, incrementan los requerimientos de vitamina E.

Precauciones de consumo
En caso de necesidad de suplementos de hierro y vitamina E, se debe separar la ingesta de ambos al menos en 8 horas. Por otro lado, hay que tener en cuenta que tomar dosis elevadas de vitamina E pueden aumentar la tensión arterial en personas que sufren de hipertensión. Antes de tomar cualquier suplemento, entonces, se debe consultar con un especialista.

Autor: Consumer-Eroski
Fuente: http://www.consumer.es/
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Etiquetas: Complementos nutricionales, Complementos alimenticios, Dietética y nutrición, Oligoelementos, Vitaminas antioxidantes, Vitaminas y minerales

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