martes, 20 de octubre de 2009

No des la espalda a tu tránsito intestinal


Uno de cada cuatro españoles tiene problemas de tránsito lento. Las mujeres son las que más lo sufren.

Aunque para algunas personas sea un acto cotidiano, acudir al servicio con regularidad es para otras muchas una asignatura pendiente. Según un estudio realizado por la Fundación Danone Research y un grupo de investigadores de la Universidad de Manchester, entre el 16 y el 30 por ciento de la población española, padece problemas de tránsito intestinal, una dolencia que afecta con mayor frecuencia a las mujeres que a los hombres. De hecho, se calcula que una de cada tres mujeres padece alguno de los síntomas de los problemas de tránsito, que se recrudecen en el caso de las embarazadas y los mayores de 60 años.

Entre 400 y 500 especies distintas de bacterias ayudan a nuestro cuerpo a expulsar los materiales de deshecho. Se trata de la denominada microflora intestinal (MFI) que todos poseemos y que viene determinada en el momento de nuestro nacimiento.

Hábitos que pasan factura
La alimentación de la madre durante la gestación, el tipo de parto (natural o por cesárea) y la alimentación de los primeros años de vida influyen en la cantidad de colonizadores de nuestro tracto intestinal, que se mantiene constante a lo largo de nuestra vida.

Sin embargo, como explica el doctor Miguel Bixquert, jefe del Servicio de Digestivo del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, algunas conductas comunes en el ritmo de vida actual, pueden alterar las características de estos necesarios inquilinos. "Aunque la MFI es muy estable a lo largo de la vida, ahora sabemos que se ve alterada por las dietas pobres en fibra, el estrés psicofísico, enfriamientos, golpes de calor, la ingesta de ciertos medicamentos, la falta de ejercicio físico o, simplemente, por el envejecimiento".

Cuando nuestra flora intestinal se destruye, la consecuencia inmediata es la ralentización de nuestro tránsito intestinal.

Un recorrido normal de los alimentos por nuestro aparato digestivo debería concluir en unas 72 horas (desde que se ingiere la comida hasta la defecación). "Cuando se sobrepasa ese tiempo, se considera que hay tránsito lento y eso puede ocasionar molestias como la hinchazón de vientre", explica Bixquert.

Lejos de ser una simple cuestión estética, esta hinchazón provoca en quienes la sufren una sensación de pesadez que reduce su calidad de vida y que se suele acompañar de otros problemas como el estreñimiento o la defecación dolorosa.

Mejora tu estado con probióticos
Desde que hace unos años hicieran su aparición, los alimentos probióticos se han convertido en una de las mejores alternativas para ayudar a nuestro cuerpo a eliminar los deshechos. "Se trata de alimentos que contienen bacterias capaces de colonizar el colón y modificar positivamente el comportamiento de la flora intestinal" explica Enrique Domínguez, presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva, que añade que existen varios estudios clínicos que demuestran la influencia positiva de estos alimentos en personas con problemas de tránsito.

De hecho, estudios recientes realizados por investigadores franceses, han demostrado que el consumo, en las dosis adecuadas de alimentos probióticos que incluyen la cepa bacteriana Bifidobacterium animalis DN-173 010, (presente en productos como algunos tipos de yogures y de leches fermentadas), contribuye a recuperar la regularidad en mujeres embarazadas con problemas de estreñimiento e hinchazón, personas afectadas por el síndrome de colon irritable y mayores de 60 años.

Las modificaciones en la dieta, que debe ser rica en fibra, una adecuada hidratación y la práctica cotidiana de ejercicio, son otras claves para ahuyentar estas molestias.

Alimentos funcionales
Las bacterias presentes en los alimentos funcionales como los estreptococos, los lactobacilos y las bifidobacterias, son beneficiosas porque ayudan a la flora intestinal a eliminar los productos de deshecho. Sin embargo, para ser considerado probiótico y parte de un alimento funcional, un microorganismo debe cumplir varios requisitos, como explica el doctor Bixquert. "Para hablar de actividad probiótica, un microorganismo debe ser una cepa purificada, es decir, no agresiva del microbio, pasar controles genéticos y bioquímicos que garanticen su seguridad y, sobre todo, debe demostrarse que es capaz de generar beneficios para quienes lo consumen en algún parámetro de su salud", declara.

Por ello, el doctor Enrique Domínguez recuerda que hay que tener cuidado con los vendidos como alimentos probióticos, ya que no todo los alimentos ofertados como funcionales lo son y , porque, asegura el experto, aún siéndolo " no todos ellos son iguales y, por lo tanto, no todos tienen efecto sobre los síntomas y calidad de vida de los pacientes".

Ayuda a tu cuerpo a ser regular
¿Cuántas veces te has ido de viaje y has tenido problemas para ir al baño? Aunque muy no muchos se atrevan a reconocerlo, son muy pocas las personas que nunca han sufrido un problema de tránsito intestinal. La vergüenza que genera hablar de cuestiones como los dolores abdominales producidos por los gases, las diarreas o el estreñimiento, hacen que sea un tema tabú, pero estos problemas tan comunes como incómodos, pueden controlarse y prevenirse siguiendo unos sencillos consejos en nuestra vida diaria.
  • Mantén una dieta saludable. Llevar una dieta equilibrada es fundamental para que nuestro organismo esté en óptimas condiciones y esto se aplica también a nuestro aparato digestivo. Consumir alimentos de todos los grupos prestando especial atención a las legumbres, las hortalizas y los frutos secos ayudará a tu intestino a hacer mejor su trabajo. Procura también evitar los guisos y opta por cocinar los alimentos a la plancha, hervidos, al horno o en wok.
  • Apúntate a la fibra. Si tenemos problemas intestinales, la fibra es uno de nuestros principales aliados, ya que por su carácter prebiótico ayuda al crecimiento de la flora microintestinal modificando las condiciones del ambiente en que esta se desarrolla. Los expertos recomiendan ingerir al menos 25 gramos de fibra al día. Los cereales y el pan integrales, la fruta, especialmente en la piel y la pulpa y las legumbres, son una gran fuente de este nutriente.
  • Bebe al menos dos litros de agua al día. Una adecuada hidratación ayuda al recorrido de los deshechos a través del intestino y favorece su expulsión.
  • Consume leches fermentadas y yogures que contengan bifidobacterias. Estos microorganismos ayudan al desarrollo de la flora bacteriana. La cepa bacteriana Bifidobacterius animalis DN173010 incluida en algunos yogures, se ha demostrado eficaz para recuperar la regularidad.
  • Respeta los horarios de las comidas. También es conveniente que comas despacio y mastiques bien los alimentos.
  • Muévete. El ejercicio físico mejora la calidad de la flora bacteriana. Practicar cualquier tipo de actividad física 30 minutos al día mejorará tu regularidad.
  • Deja el tabaco. Diversos estudios han demostrado que el tabaco afecta negativamente a las bacterias de la flora intestinal.
  • Relájate. El estrés es uno de los factores individuales que más perjudica a nuestra flora bacteriana, no sólo porque provoca alteraciones en la relación de las bacterias con la mucosa intestinal, sino también porque agudiza dolencias psicosomáticas relacionadas con el aparato digestivo como la gastritis. Además, modifica nuestro comportamiento alimentario ya que inhibe la acción de la leptina, conocida entre los endocrinos como "hormona de la saciedad" .
  • Memoriza el acrónimo AHECO. Alimentación + hidratación + ejercicio + constancia. Te ayudará a tener siempre presentes las prácticas saludables que harán que en tu día a día consigas ser más regular.

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