martes, 27 de octubre de 2009

Vivir tranquilo rodeado de aparatos


Móviles, microondas... estamos expuestos a campos electromagnéticos, pero ¿son seguros?

Quién no ha oído alguna vez los efectos nocivos que pueden tener en la salud el móvil, las antenas o incluso un microondas y quién no se ha preguntado si esto es o no cierto. Estamos hablando de radiaciones electromagnéticas, una combinación de campos eléctricos y magnéticos oscilantes que se pueden propagar en el vacío transportando energía de un lugar a otro y a los que estamos sometidos continuamente. Ordenadores, teléfonos, resonancias, calefacciones eléctricas, microondas, automóviles o el propio sol, son elementos que forman parte de nuestra vida y que generan este tipo de radiaciones cuyos efectos, según las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento, son inocuos para nuestra salud siempre que se mantengan en los límites regulados. Para poner un poco de orden, especialistas de diferentes ámbitos pusieron sobre la mesa, en un encuentro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, las evidencias disponibles. Y es que, en los últimos años, las investigaciones se han centrado en el uso de los teléfonos móviles por la inocuidad que demanda la sociedad.

A pesar de que algunos estudios han mostrado efectos en las células y en el lateral del cerebro tras 10 años de uso, aún no hay datos concluyentes que ratifiquen que puede producir tumores en el cerebro, el más expuesto a las radiaciones. De este modo, en algunas investigaciones se han detectado algunos como el neurinoma del acústico, glioma, astrocitomas y meningiomas, pero dado que tienen una incidencia muy baja, estudiarlos es muy complejo, explica Francisco Vargas, médico epidemiólogo del Ministerio de Sanidad, quien indica que es necesario seguir investigando, aunque posiblemente no habrá resultados en 10-15 años, cuando se pueda comprobar si ha habido un incremento en la incidencia de estos tumores.

La normativa en la Unión Europea ya establece unos límites de seguridad. No obstante, países como Francia, donde se ha prohibido el uso de los móviles en los colegios a menores de 10 años por motivos de salud, se desmarcan de la misma. En España, comunidades como Cataluña, Castilla-La Mancha o Navarra, han impuesto una reducción del 50 por ciento sobre los límites estatales, que para los especialistas ya son seguros.

La clave de todo ello son los efectos térmicos. La regulación se centra en controlar que la temperatura corporal no aumente, debido a la exposición, más de un grado, puesto que un incremento térmico mayor produce una aceleración del metabolismo.

Las antenas y la hipersensibilidad
En lo que respecta a las antenas de telefonía, apenas hay investigaciones. No obstante, los especialistas subrayan que la potencia de emisión de las antenas es extremadamente baja, por lo que se cree que "no hay ningún tipo de riesgo".

El único posible efecto sería en personas con "hipersensibilidad electromagnética". Un concepto que para el doctor Vargas no está demostrado científicamente. "Ocurre que a muchas de estas personas cuando se le instala una antena cerca empiezan a atribuirle problemas con una sintomatología muy compleja de diferenciar", subraya.

Mientras, se están preparando directivas que limiten el uso de las radiaciones no ionizantes en la ámbito laboral. De hecho, existe una normativa del uso del PC con la intención de limitar los efectos térmicos. Algo similar sucede con la resonancia magnética, donde se estudian sus efectos en los pacientes y en el profesional.

Las radiaciones que te rodean
Aquí tienes algunas recomendaciones para disfrutar de los aparatos que te rodean con mayor seguridad:

  • Monitores de bebés: es recomendable situar el aparato el menos a un metro de la cuna, los sistemas no deben transmitir continuamente, si el sistema permanece operativo, hay que asegurarse de que el adaptador esté enchufado al menos 50 cm alejado de la cuna.
  • Microondas: la fuente emisora del magneto está enfocada para que la comida se caliente mediante las moléculas de agua. Si el aparato está en buenas condiciones no emite radiaciones al exterior.
  • Wireless: un estudio de la Agencia de Protección Ambiental del Reino Unido sobre tecnología inalámbrica concluye que no hay ningún motivo para prohibir el uso de estas tecnologías en las escuelas. No obstante, es recomendable apagarlo cuando no se necesite, no mantener el ordenador portátil pegado al cuerpo si está conectado, elegir el estándar g antes que el b porque la exposición a la radiación es menor, o instalar el punto de acceso alejado un metro del lugar de trabajo o descanso.
  • Magnéticos: están en ropas, joyas o juguetes pero aquellas personas con marcapasos o implantes vasculares deben mantener una distancia de al menos 10 centímetros.

¿Qué es el SAR?
Cuando vamos a una tienda a comprar un móvil, todos nos fijamos en sus prestaciones e incluso en su diseño, pero nadie piensa en la tasa de absorción de energía que vamos a recibir al utilizar el aparato. Esto es lo que mide el SAR —según sus siglas en inglés—, una información que es útil conocer antes de adquirirlo. Esta tasa está regulada de manera que un teléfono no puede emitir más de 2 vatios por kilogramo de peso, si bien varía a nivel de cuerpo entero o de cabeza. Y es que, según explica Vargas, la tasa de absorción específica mide exactamente la energía que vamos a recibir, según la cercanía, y contando con la barrera de la piel y los huesos, ya que nuestro cuerpo tiene una capacidad de termorregulación, de disipación de esa energía para que no suba la temperatura corporal.

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Estar BIEN 2009 - Octubre/2009
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Etiquetas: Habitat, Geobiología, Geopatías, Radiaciones móviles, Radiaciones antenas, Campos electromagnéticos

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