Las principales agencias certificadoras se ponen de acuerdo sobre las exigencias de la cosmética natural.
Las negociaciones se han alargado durante seis años, pero a partir de enero los europeos sabrán que los productos de higiene personal y cosmética que muestren una certificación homologada cumplirán unas altas exigencias de calidad. El acuerdo entre las principales entidades certificadoras europeas es un paso previo al sello único europeo y probablemente a una futura directiva de la Unión Europea. El grupo de trabajo que ha consensuado las directrices de la cosmética natural y ecológica estaba formado por siete organizaciones europeas: Bioforum, de Bélgica, Cosmebio y Ecocert, de Francia, BDIH, de Alemania, AIAB e ICEA, de Italia y la Soil Association, de Reino Unido. Estas organizaciones representan a los fabricantes del sector, a las organizaciones de control y a los consumidores. En cifras, reúnen más de 1.000 empresas certificadas de 38 países y más de 11.000 productos elaborados esencialmente con ingredientes naturales y ecológicos. Como ha explicado Francis Blake, de la británica Soil Association, “el resultado de las discusiones ha sido bastante riguroso”. Según Rodolphe Balz, de Cosmebio, “los estándares se han elaborado siguiendo unas reglas sencillas, que se basan en los principios de la prevención y de la seguridad, en todos los pasos de la producción, desde las materias primas hasta la venta del producto final”.
Respeto a la salud y la naturaleza
Cuatro han sido los criterios básicos que han guiado la redacción de las normas:
• Promover el empleo de materias primas naturales y ecológicas, respetando la biodiversidad.
• Utilizar responsablemente los recursos naturales y proteger el entorno.
• Recurrir a métodos limpios de manipulación y fabricación que no ponen en riesgo ni la salud humana ni el medioambiente.
• Desarrollar la química verde como alternativa a la petroquímica.
De la aplicación de estas directrices se deduce que los ingredientes serán agua de calidad, ingredientes minerales, sustancias vegetales –procedentes preferentemente de la agricultura ecológica– y una proporción mínima de agentes sintéticos que no puedan ser sustituidos y que no estén en la larga lista de ingredientes prohibidos. Además, los productos no pueden contener transgénicos, nanopartículas o sustancias irradiadas. Por supuesto, tampoco pueden haber sido testadas en animales.
La aplicación de las normas da derecho a los fabricantes a informar en la etiqueta que el producto cumple los estándares “Cosmos-natural” o “Cosmos-organic”, si al menos el 95 por ciento del contenido es de procedencia ecológica. Además podrán continuar mostrando los logos de las entidades certificadoras.
Autor: Visa Sana
Fuente: http://www.vidasana.org/
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Etiquetas: Productos naturales, Cosmética natural, Cremas con ozono, Cosmética ozonizada, Biocosmética
Las negociaciones se han alargado durante seis años, pero a partir de enero los europeos sabrán que los productos de higiene personal y cosmética que muestren una certificación homologada cumplirán unas altas exigencias de calidad. El acuerdo entre las principales entidades certificadoras europeas es un paso previo al sello único europeo y probablemente a una futura directiva de la Unión Europea. El grupo de trabajo que ha consensuado las directrices de la cosmética natural y ecológica estaba formado por siete organizaciones europeas: Bioforum, de Bélgica, Cosmebio y Ecocert, de Francia, BDIH, de Alemania, AIAB e ICEA, de Italia y la Soil Association, de Reino Unido. Estas organizaciones representan a los fabricantes del sector, a las organizaciones de control y a los consumidores. En cifras, reúnen más de 1.000 empresas certificadas de 38 países y más de 11.000 productos elaborados esencialmente con ingredientes naturales y ecológicos. Como ha explicado Francis Blake, de la británica Soil Association, “el resultado de las discusiones ha sido bastante riguroso”. Según Rodolphe Balz, de Cosmebio, “los estándares se han elaborado siguiendo unas reglas sencillas, que se basan en los principios de la prevención y de la seguridad, en todos los pasos de la producción, desde las materias primas hasta la venta del producto final”.
Respeto a la salud y la naturaleza
Cuatro han sido los criterios básicos que han guiado la redacción de las normas:
• Promover el empleo de materias primas naturales y ecológicas, respetando la biodiversidad.
• Utilizar responsablemente los recursos naturales y proteger el entorno.
• Recurrir a métodos limpios de manipulación y fabricación que no ponen en riesgo ni la salud humana ni el medioambiente.
• Desarrollar la química verde como alternativa a la petroquímica.
De la aplicación de estas directrices se deduce que los ingredientes serán agua de calidad, ingredientes minerales, sustancias vegetales –procedentes preferentemente de la agricultura ecológica– y una proporción mínima de agentes sintéticos que no puedan ser sustituidos y que no estén en la larga lista de ingredientes prohibidos. Además, los productos no pueden contener transgénicos, nanopartículas o sustancias irradiadas. Por supuesto, tampoco pueden haber sido testadas en animales.
La aplicación de las normas da derecho a los fabricantes a informar en la etiqueta que el producto cumple los estándares “Cosmos-natural” o “Cosmos-organic”, si al menos el 95 por ciento del contenido es de procedencia ecológica. Además podrán continuar mostrando los logos de las entidades certificadoras.
Autor: Visa Sana
Fuente: http://www.vidasana.org/
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