Cena ligera, constancia con los anticelulíticos y radiofrecuencia son las claves para controlarla.
No es una enfermedad como tal, pero sí una preocupación estética que hace que pocos meses antes del verano se disparen las ventas de anticelulíticos para disimular una imperfección que nos iguala a todas: modelos y amas de casa.
Desde la Academia Española de Dermatología y Veneorología (AEDV), su vocal, la doctora Paz Cerdá, explica a BIEN que es un enemigo difícil de batir: "Mientras haya hormonas femeninas, no desaparece del todo, al menos la tendencia a tenerla". Junto a ellas, la genética y los malos hábitos alimenticios juegan su papel. Contra la primera hay poco que hacer, pero en materia de dieta, queda mucho en nuestras manos. La doctora aconseja vigilar las cenas: el gasto energético es mínimo y no hay que bajar la guardia. Lo ideal son cenas con alto contenido en proteínas y frutas muy drenantes, como la piña o la papaya. "Hay que prescindir de hidratos de carbono y dulces por la noche", insiste. Lácteos, bebidas de soja, carne o pescado a la plancha e infusiones drenantes son una buena combinación para plantarle cara.
En esta lucha sin cuartel, la cosmética pone su grano de arena, aunque no hace milagros. El grado de satisfacción de la mujer supera a los resultados reales, por la sensación de cuidado, explica Cerdá. Cafeína, rutina y manganeso estimulan la circulación sanguínea y activan el colágeno. Pero no se le pueden pedir grandes resultados, insiste. Lo ideal para la doctora es combinar su aplicación dos veces al día con masajes de drenaje linfático y sesiones de radiofrecuencia para zonas concretas. Hay que ser muy tenaces, insiste. En esta lucha sin cuartel las limitaciones son la constancia y el bolsillo. La piel de naranja Elia Roo, miembro de la AEDV, explica todos los detalles sobre ella:
Consiste en la acumulación de tejido adiposo formando nódulos y hoyuelos que ocasionan el aspecto de piel de naranja y se localiza en las regiones ginoides: caderas, muslos, nalgas y abdomen.
Es una alteración estética de la superficie de la piel que afecta a entre el 85 y el 98 por ciento de las mujeres a partir de la adolescencia. Afecta más a la raza blanca y menos a las mujeres asiáticas. Es poco frecuente en los hombres, por lo que se cree que el factor hormonal juega un papel relevante en su desarrollo.
Hay dos clasificaciones principales. En función de la existencia o no de piel de naranja se diferencian cuatro grados. Grado 1 (piel lisa de pie o tumbada, sin piel de naranja al comprimirla), grado 2 (igual pero con piel de naranja al comprimir la piel o al contraer la musculatura), grado 3 (piel lisa tumbada, con piel de naranja al ponerse de pie) y grado 4 (con celulitis a la vista en todos los casos). Según la consistencia de la piel se distinguen: dura (tejidos tonificados, rígidos y duros al tacto), flácida (tejidos blancos que se balancean), edematosa (la más severa y ocasional, se acompaña de hinchazón de los miembros inferiores y dolor), y mixta (una combinación de las anteriores, la más frecuente).
Autor: T. R. / E.M.C.
Fuente: www.estarbien.com
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Etiquetas: Cremas con ozono, Cosmética ozonizada, Cosmética natural, Biocosmética
No es una enfermedad como tal, pero sí una preocupación estética que hace que pocos meses antes del verano se disparen las ventas de anticelulíticos para disimular una imperfección que nos iguala a todas: modelos y amas de casa.
Desde la Academia Española de Dermatología y Veneorología (AEDV), su vocal, la doctora Paz Cerdá, explica a BIEN que es un enemigo difícil de batir: "Mientras haya hormonas femeninas, no desaparece del todo, al menos la tendencia a tenerla". Junto a ellas, la genética y los malos hábitos alimenticios juegan su papel. Contra la primera hay poco que hacer, pero en materia de dieta, queda mucho en nuestras manos. La doctora aconseja vigilar las cenas: el gasto energético es mínimo y no hay que bajar la guardia. Lo ideal son cenas con alto contenido en proteínas y frutas muy drenantes, como la piña o la papaya. "Hay que prescindir de hidratos de carbono y dulces por la noche", insiste. Lácteos, bebidas de soja, carne o pescado a la plancha e infusiones drenantes son una buena combinación para plantarle cara.
En esta lucha sin cuartel, la cosmética pone su grano de arena, aunque no hace milagros. El grado de satisfacción de la mujer supera a los resultados reales, por la sensación de cuidado, explica Cerdá. Cafeína, rutina y manganeso estimulan la circulación sanguínea y activan el colágeno. Pero no se le pueden pedir grandes resultados, insiste. Lo ideal para la doctora es combinar su aplicación dos veces al día con masajes de drenaje linfático y sesiones de radiofrecuencia para zonas concretas. Hay que ser muy tenaces, insiste. En esta lucha sin cuartel las limitaciones son la constancia y el bolsillo. La piel de naranja Elia Roo, miembro de la AEDV, explica todos los detalles sobre ella:
Consiste en la acumulación de tejido adiposo formando nódulos y hoyuelos que ocasionan el aspecto de piel de naranja y se localiza en las regiones ginoides: caderas, muslos, nalgas y abdomen.
Es una alteración estética de la superficie de la piel que afecta a entre el 85 y el 98 por ciento de las mujeres a partir de la adolescencia. Afecta más a la raza blanca y menos a las mujeres asiáticas. Es poco frecuente en los hombres, por lo que se cree que el factor hormonal juega un papel relevante en su desarrollo.
Hay dos clasificaciones principales. En función de la existencia o no de piel de naranja se diferencian cuatro grados. Grado 1 (piel lisa de pie o tumbada, sin piel de naranja al comprimirla), grado 2 (igual pero con piel de naranja al comprimir la piel o al contraer la musculatura), grado 3 (piel lisa tumbada, con piel de naranja al ponerse de pie) y grado 4 (con celulitis a la vista en todos los casos). Según la consistencia de la piel se distinguen: dura (tejidos tonificados, rígidos y duros al tacto), flácida (tejidos blancos que se balancean), edematosa (la más severa y ocasional, se acompaña de hinchazón de los miembros inferiores y dolor), y mixta (una combinación de las anteriores, la más frecuente).
Autor: T. R. / E.M.C.
Fuente: www.estarbien.com
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