En la tabla 5.1 podremos ver la intensidad de otros campos electromagnéticos a los que estamos sometidos constantemente.
T A B L A
T A B L A
En la energía humana, hay otro parámetro que la influencia, la frecuencia. El campo magnético de la Tierra vibra a frecuencias entre 1 a 30 Hertz (ciclos por segundo); la mayor potencia del campo es entre 7 y 10 Hertz, que es la frecuencia en que opera el cerebro humano en condiciones normales. Incluso, el Qi-Gong ( gimnasia china) restablece esta frecuencia en el organismo de quien lo practica.
De este modo, podemos ver que el cuerpo humano tiene un sistema sensorial doble: el sistema nervioso, y el sistema de control electromagnético, sensible a las micropulsaciones normales del campo de la Tierra y a las pulsaciones de alta frecuencia producidas por la tecnología humana. Este sistema, regula las energías vitales de los órganos y vísceras (de los meridianos de la acupuntura), percibe los daños ocurridos en el exterior y el interior del cuerpo, activa las reacciones de reparación y curación, interviene en las secreciones esenciales de las glándulas pituitaria y pineal, dirige al sistema inmunitario, etc.
Estos campos bioenergéticos humanos, han sido fotografiados en Rusia mediante la fotografía Kirlian.
En la Universidad de California, en Los Angeles, la doctora Thelma Moss, ha realizado importantes estudios de los campos bioenergéticos humanos y vegetales, y ha llegado a la conclusión de que el “tener mano para las plantas “ depende de la fuerza y sano equilibrio (armonía) entre la mano del jardinero, y el aura de la planta. Este es también el principio en el que se basa la imposición de manos.
Desde el momento en el que el ser humano aprendió a obtener fuerza eléctrica, comenzamos a crear enormes redes de campos electromagnéticos por toda la Tierra, redes más que potentes para anular el suave pulso de la Tierra. Las frecuencias a las que operan no existen en la naturaleza, de modo que pueden producir graves perturbaciones en los sistemas energéticos humanos, que a su vez, darán problemas de salud tanto a nivel físico como mental. Es lo que denominamos Contaminación electromagnética.
Autor: Dr. Mariano José Bueno Cortés.
Fuente: Biosalud
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Etiquetas: Radiaciones moviles, Radiaciones antenas, Campos electromagneticos
De este modo, podemos ver que el cuerpo humano tiene un sistema sensorial doble: el sistema nervioso, y el sistema de control electromagnético, sensible a las micropulsaciones normales del campo de la Tierra y a las pulsaciones de alta frecuencia producidas por la tecnología humana. Este sistema, regula las energías vitales de los órganos y vísceras (de los meridianos de la acupuntura), percibe los daños ocurridos en el exterior y el interior del cuerpo, activa las reacciones de reparación y curación, interviene en las secreciones esenciales de las glándulas pituitaria y pineal, dirige al sistema inmunitario, etc.
Estos campos bioenergéticos humanos, han sido fotografiados en Rusia mediante la fotografía Kirlian.
En la Universidad de California, en Los Angeles, la doctora Thelma Moss, ha realizado importantes estudios de los campos bioenergéticos humanos y vegetales, y ha llegado a la conclusión de que el “tener mano para las plantas “ depende de la fuerza y sano equilibrio (armonía) entre la mano del jardinero, y el aura de la planta. Este es también el principio en el que se basa la imposición de manos.
Desde el momento en el que el ser humano aprendió a obtener fuerza eléctrica, comenzamos a crear enormes redes de campos electromagnéticos por toda la Tierra, redes más que potentes para anular el suave pulso de la Tierra. Las frecuencias a las que operan no existen en la naturaleza, de modo que pueden producir graves perturbaciones en los sistemas energéticos humanos, que a su vez, darán problemas de salud tanto a nivel físico como mental. Es lo que denominamos Contaminación electromagnética.
Autor: Dr. Mariano José Bueno Cortés.
Fuente: Biosalud
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