Los tumores cerebrales y otros tipos de cáncer también se han relacionado con las frecuencias anormales producidas por el radar y otros transmisores de microondas, entre otros los teléfonos celulares, tan comunes en la actualidad.
El doctor Robert Becker, una de las principales autoridades de Estados Unidos en el tema de la Contaminación electromagnética, dice en su libro Cross Currents ( corrientes cruzadas):
“ Los datos científicos obtenidos hasta la fecha indican que las microondas tienen importantes efectos biológicos a niveles de potencia “muy inferiores” a los necesarios para calentar ( por ejemplo los hornos de microondas ). La mayoría de esos efectos, producen estados morbosos, principalmente cáncer y defectos genéticos, en aquellas personas expuestas a ellas y en sus hijos no expuestos. El riesgo nace de que la exposición a los microondas, como a cualquier campo electromagnético anormal, produce estrés, una disminución en la capacidad del sistema inmunitario, y cambios en el aparato genético. De modo pues, que los niveles de exposición que el gobierno dice que son “ seguros “, en realidad no lo son en absoluto. “
En el Departamento de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas en Galveston, la doctora Marjorie Speers, en 1988, informó de los resultados a los que había llegado en un estudio de los tumores cerebrales en personas cuyos trabajos les exponía a un campo electromagnético de 50 Hz. El número de casos de estos tumores entre dichos trabajadores era de 13 veces superior al del grupo testigo, formado por personas no expuestas.
Por otra parte, el doctor Becker, en su libro Cross Currents, escribe: “ En estos momentos, las pruebas científicas son absolutamente concluyentes: los campos magnéticos de 60 Hz, inducen a las células cancerosas humanas a aumentar permanentemente su velocidad de crecimiento en un 1.600 por ciento y a desarrollar características aún más malignas “.
En Vernon, ciudad de 25.000 habitantes de New Jersey, que ocupa el quinto lugar en Estados Unidos en el número de transmisores de microondas, la cifra de casos de niños mongólicos es del 1.000 por ciento con respecto al promedio nacional.
Los tumores cerebrales y otros tipos de cáncer también se han relacionado con las frecuencias anormales producidas por el radar y otros transmisores de microondas, entre otros los teléfonos celulares, tan comunes en la actualidad.
Los cables y transformadores eléctricos normales operan a 60 Hz en Estados Unidos y a 50 Hz en Europa. En 1980, la Comisión de Servicio Público del estado de Nueva York encargó al doctor Savitz un estudio de los efectos del campo emitido por los cables eléctricos normales en las personas que vivían cerca de ellos.
En 1985, y tras un gasto de unos 75 millones de pesetas, llegó a la conclusión de que como mínimo un 20 por ciento de los cánceres en niños de las zonas estudiadas, estaban producidos por la exposición a los campos magnéticos, sólo de 3 miligauss, de los cables eléctricos. Se demostró, que además se inhibía la producción de neurohormonas vitales en el cerebro, dando origen a graves trastornos en el comportamiento y en la capacidad de aprendizaje. El campo eléctrico generado en un radio de 15 metros alrededor de los cables eléctricos estándar en Estados Unidos es de 100 miligauss, lo cual es más de 30 veces los 3 miligauss del estudio del doctor Savitz.
En 1989, la revista New Yorker publicó un artículo dividido en tres partes, referente a los riesgos para la salud de la exposición a los cables eléctricos y a las terminales de ordenador. Se descubrió que la leucemia y otros tipos de cáncer en niños están estrechamente relacionados con la exposición a los campos generados por la electricidad, y que entre las mujeres embarazadas que trabajan con ordenadores se da un número significativamente más elevado de abortos espontáneos. Si usted o sus hijos duermen en habitaciones a una distancia de 15 - 30 metros de cables o transformadores de alta tensión, le iría muy bien cambiar de habitación o trasladarse a otro lugar si fuera necesario.
En California, una gran cantidad de personas que trabajan con campos electromagnéticos en industrias del Silicon Valley, han acusado toda la gama de síntomas asociados con el síndrome de inmunodeficiencia, que son, entre otros, cansancio crónico, hipersensibilidad, alergias, dolores de cabeza, depresión crónica, y los inevitables “síntomas de gripe” que lo abarcan todo. La afirmación de que el virus VIH causa el SIDA se basa en la observación, a través de los cultivos de laboratorio, de que el virus mata o debilita a las células T (defensivas). Recientemente, el doctor Lyle de California, realizó un cultivo de células T en el laboratorio, y las expuso a un campo eléctrico de 60 Hz (similar al de los cables eléctricos normales) durante 2 días. Observó un importante debilitamiento de la capacidad de las células T para combatir células extrañas y microbios. Esto implica a los campos electromagnéticos como factores causales del SIDA; no obstante, todo el mundo está expuesto constantemente a electromagnetismo inmunosupresor en casas, oficinas, y escuelas, como también en los hospitales y clínicas, especialmente en los quirófanos, con tanto aparato electrónico.
En Suecia y Gran Bretaña se han observado en estudios realizados, un importante aumento de los suicidios en los jóvenes que viven y van a la escuela cerca de cables de alta tensión o estaciones de radar. La depresión maníaca y el suicidio normalmente se relacionan con bajos niveles de serotonina, segregada por la glándula pineal. Según las estadísticas, entre 1950 y 1977, el número de suicidios entre jóvenes de 15 a 19 años, se multiplicó por cuatro en los chicos y por dos en las chicas. Este período de tiempo coincide con un aumento considerable de exposición de los niños a los televisores, electrodomésticos, juguetes electrónicos (video consolas), luces fluorescentes, cables eléctricos, etc.
Por último, repasemos un hecho curioso. Las estadísticas médicas oficiales demuestran un aumento muy preocupante de casos de cáncer, y de una mayor agresividad cuando se diagnostican, con gran aumento de algunos tipos que antes no eran nada frecuentes, como el cáncer de cerebro, de columna, y de colon. Otro cáncer que antes era excepcional y ha aumentado en todo el mundo, y especialmente en Estados Unidos, del orden del 80 por ciento entre 1973 y 1980 es el cáncer de piel, el melanoma. La causa que se suele dar en este momento es la merma de la capa de ozono.
Pero por ejemplo, un sector donde la incidencia es cuatro veces superior a la del ya creciente promedio estadounidense, es entre el personal del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California. Este instituto está dedicado a la producción de sistemas de armas nuevas y exóticas que emplean campos magnéticos de alta intensidad y microondas de alta frecuencia.
Creo que después de todos estos datos, cada vez que conectemos la televisión, nos lo pensaremos dos veces. Al menos, seamos conscientes de la cantidad de factores que influencian negativamente a nuestro organismo y, a pesar de nuestro empeño en desestabilizarlo, es una máquina tan perfecta, que todavía subsistimos.
Autor: Dr. Mariano José Bueno Cortés.
Fuente: Biosalud
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Etiquetas: Radiaciones moviles, Radiaciones antenas, Campos electromagneticos
El doctor Robert Becker, una de las principales autoridades de Estados Unidos en el tema de la Contaminación electromagnética, dice en su libro Cross Currents ( corrientes cruzadas):
“ Los datos científicos obtenidos hasta la fecha indican que las microondas tienen importantes efectos biológicos a niveles de potencia “muy inferiores” a los necesarios para calentar ( por ejemplo los hornos de microondas ). La mayoría de esos efectos, producen estados morbosos, principalmente cáncer y defectos genéticos, en aquellas personas expuestas a ellas y en sus hijos no expuestos. El riesgo nace de que la exposición a los microondas, como a cualquier campo electromagnético anormal, produce estrés, una disminución en la capacidad del sistema inmunitario, y cambios en el aparato genético. De modo pues, que los niveles de exposición que el gobierno dice que son “ seguros “, en realidad no lo son en absoluto. “
En el Departamento de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas en Galveston, la doctora Marjorie Speers, en 1988, informó de los resultados a los que había llegado en un estudio de los tumores cerebrales en personas cuyos trabajos les exponía a un campo electromagnético de 50 Hz. El número de casos de estos tumores entre dichos trabajadores era de 13 veces superior al del grupo testigo, formado por personas no expuestas.
Por otra parte, el doctor Becker, en su libro Cross Currents, escribe: “ En estos momentos, las pruebas científicas son absolutamente concluyentes: los campos magnéticos de 60 Hz, inducen a las células cancerosas humanas a aumentar permanentemente su velocidad de crecimiento en un 1.600 por ciento y a desarrollar características aún más malignas “.
En Vernon, ciudad de 25.000 habitantes de New Jersey, que ocupa el quinto lugar en Estados Unidos en el número de transmisores de microondas, la cifra de casos de niños mongólicos es del 1.000 por ciento con respecto al promedio nacional.
Los tumores cerebrales y otros tipos de cáncer también se han relacionado con las frecuencias anormales producidas por el radar y otros transmisores de microondas, entre otros los teléfonos celulares, tan comunes en la actualidad.
Los cables y transformadores eléctricos normales operan a 60 Hz en Estados Unidos y a 50 Hz en Europa. En 1980, la Comisión de Servicio Público del estado de Nueva York encargó al doctor Savitz un estudio de los efectos del campo emitido por los cables eléctricos normales en las personas que vivían cerca de ellos.
En 1985, y tras un gasto de unos 75 millones de pesetas, llegó a la conclusión de que como mínimo un 20 por ciento de los cánceres en niños de las zonas estudiadas, estaban producidos por la exposición a los campos magnéticos, sólo de 3 miligauss, de los cables eléctricos. Se demostró, que además se inhibía la producción de neurohormonas vitales en el cerebro, dando origen a graves trastornos en el comportamiento y en la capacidad de aprendizaje. El campo eléctrico generado en un radio de 15 metros alrededor de los cables eléctricos estándar en Estados Unidos es de 100 miligauss, lo cual es más de 30 veces los 3 miligauss del estudio del doctor Savitz.
En 1989, la revista New Yorker publicó un artículo dividido en tres partes, referente a los riesgos para la salud de la exposición a los cables eléctricos y a las terminales de ordenador. Se descubrió que la leucemia y otros tipos de cáncer en niños están estrechamente relacionados con la exposición a los campos generados por la electricidad, y que entre las mujeres embarazadas que trabajan con ordenadores se da un número significativamente más elevado de abortos espontáneos. Si usted o sus hijos duermen en habitaciones a una distancia de 15 - 30 metros de cables o transformadores de alta tensión, le iría muy bien cambiar de habitación o trasladarse a otro lugar si fuera necesario.
En California, una gran cantidad de personas que trabajan con campos electromagnéticos en industrias del Silicon Valley, han acusado toda la gama de síntomas asociados con el síndrome de inmunodeficiencia, que son, entre otros, cansancio crónico, hipersensibilidad, alergias, dolores de cabeza, depresión crónica, y los inevitables “síntomas de gripe” que lo abarcan todo. La afirmación de que el virus VIH causa el SIDA se basa en la observación, a través de los cultivos de laboratorio, de que el virus mata o debilita a las células T (defensivas). Recientemente, el doctor Lyle de California, realizó un cultivo de células T en el laboratorio, y las expuso a un campo eléctrico de 60 Hz (similar al de los cables eléctricos normales) durante 2 días. Observó un importante debilitamiento de la capacidad de las células T para combatir células extrañas y microbios. Esto implica a los campos electromagnéticos como factores causales del SIDA; no obstante, todo el mundo está expuesto constantemente a electromagnetismo inmunosupresor en casas, oficinas, y escuelas, como también en los hospitales y clínicas, especialmente en los quirófanos, con tanto aparato electrónico.
En Suecia y Gran Bretaña se han observado en estudios realizados, un importante aumento de los suicidios en los jóvenes que viven y van a la escuela cerca de cables de alta tensión o estaciones de radar. La depresión maníaca y el suicidio normalmente se relacionan con bajos niveles de serotonina, segregada por la glándula pineal. Según las estadísticas, entre 1950 y 1977, el número de suicidios entre jóvenes de 15 a 19 años, se multiplicó por cuatro en los chicos y por dos en las chicas. Este período de tiempo coincide con un aumento considerable de exposición de los niños a los televisores, electrodomésticos, juguetes electrónicos (video consolas), luces fluorescentes, cables eléctricos, etc.
Por último, repasemos un hecho curioso. Las estadísticas médicas oficiales demuestran un aumento muy preocupante de casos de cáncer, y de una mayor agresividad cuando se diagnostican, con gran aumento de algunos tipos que antes no eran nada frecuentes, como el cáncer de cerebro, de columna, y de colon. Otro cáncer que antes era excepcional y ha aumentado en todo el mundo, y especialmente en Estados Unidos, del orden del 80 por ciento entre 1973 y 1980 es el cáncer de piel, el melanoma. La causa que se suele dar en este momento es la merma de la capa de ozono.
Pero por ejemplo, un sector donde la incidencia es cuatro veces superior a la del ya creciente promedio estadounidense, es entre el personal del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California. Este instituto está dedicado a la producción de sistemas de armas nuevas y exóticas que emplean campos magnéticos de alta intensidad y microondas de alta frecuencia.
Creo que después de todos estos datos, cada vez que conectemos la televisión, nos lo pensaremos dos veces. Al menos, seamos conscientes de la cantidad de factores que influencian negativamente a nuestro organismo y, a pesar de nuestro empeño en desestabilizarlo, es una máquina tan perfecta, que todavía subsistimos.
Autor: Dr. Mariano José Bueno Cortés.
Fuente: Biosalud
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Etiquetas: Radiaciones moviles, Radiaciones antenas, Campos electromagneticos
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