Mantener la inflamación sin tratar puede provocar arteriosclerosis y aumentar el riesgo de síndrome metabólico.
A pesar de las incógnitas sobre su origen, un mensaje claro rodea a la psoriasis: es necesario tratarla. Sabemos que estamos ante una enfermedad autoinmune —no contagiosa, por tanto— que padece un 2 por ciento de la población, donde la combinación de la predisposición genética y la acción de determinados factores externos e internos hacen que los linfocitos ataquen, como si fuera un elemento extraño, aparte de la piel.
De este modo, y dada la asociación que existe entre las diferentes enfermedades autoinmunes, es habitual que los pacientes con enfermedad de Crohn presenten psoriasis y viceversa, explica Miquel Rivera Pibernat, dermatólogo del Hospital Universitario de Sabadell. Pero el trasfondo de la psoriasis va más allá. Al ser una enfermedad inflamatoria crónica, si se mantiene esa inflamación en el organismo durante mucho tiempo, favorece la aparición de otras patologías como la arteriosclerosis, el colesterol o la diabetes. En definitiva, del llamado síndrome metabólico, aquel que influye en el riesgo cardiovascular. "Mantener la psoriasis controlada disminuye el riesgo de síndrome metabólico y contribuye a aumentar la supervivencia", subraya el especialista de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
De ahí la importancia de tratarla. En los últimos cuatro años, han aparecido fórmulas efectivas para mantener a raya las lesiones, por lo que Rivera señala que aquellos pacientes que dejaron el tratamiento por falta de resultados deben volver a la consulta para informarse de las nuevas alternativas. De este modo, existen los tratamientos tópicos en forma de cremas, lociones, champús o geles, los basados en radiaciones ultravioletas —la fototerapia, que puede ser natural, tomando el sol, o artificial y combinada con fármacos— y los tratamientos sistémicos. Los primeros suelen ser para psoriasis leves, mientras que en las formas moderadas o graves puede estar indicado el tratamiento sistémico tradicional, la fototerapia y/o los medicamentos biológicos. "Las mayores novedades se han registrado en las terapias biológicas, que intentan bloquear la respuesta alterada del sistema inmunitario", apunta el dermatólogo, que especifica que es necesario individualizar la terapia para cada paciente.
En definitiva, lo que se debe esperar de un tratamiento es que se blanqueen las lesiones, desaparezca su picor y se evite la aparición de otras nuevas.
Medidas prácticas
Las personas con psoriasis deben usar regularmente cremas, lociones hidratantes y emolientes para mantener la humedad y flexibilidad de la piel. Se recomienda, además, el uso del baño en vez de la ducha, tomar el sol con moderación y llevar las uñas limpias y cortas. Si éste es difícil de soportar, pueden aplicarse cremas hidratantes enfriadas en el frigorífico.
Asimismo, conviene que la ropa en contacto con la piel sea de algodón y no demasiado ajustada. La de color blanco, ayuda a disimular las lesiones. Además, conviene usar ropa interior sin costuras o ponerla del revés. Hay que evitar el tabaco, el alcohol y los picantes, y los deportes de contacto que puedan producir traumatismos sobre la piel.
"Contenidos e Información de Salud"
Estar BIEN 2009 - Noviembre 2009
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Etiquetas: Biocosmética, Cosmética biológica, Jabones naturales, Cosmética ozonizada, Cremas con ozono, Cosmética natural
A pesar de las incógnitas sobre su origen, un mensaje claro rodea a la psoriasis: es necesario tratarla. Sabemos que estamos ante una enfermedad autoinmune —no contagiosa, por tanto— que padece un 2 por ciento de la población, donde la combinación de la predisposición genética y la acción de determinados factores externos e internos hacen que los linfocitos ataquen, como si fuera un elemento extraño, aparte de la piel.
De este modo, y dada la asociación que existe entre las diferentes enfermedades autoinmunes, es habitual que los pacientes con enfermedad de Crohn presenten psoriasis y viceversa, explica Miquel Rivera Pibernat, dermatólogo del Hospital Universitario de Sabadell. Pero el trasfondo de la psoriasis va más allá. Al ser una enfermedad inflamatoria crónica, si se mantiene esa inflamación en el organismo durante mucho tiempo, favorece la aparición de otras patologías como la arteriosclerosis, el colesterol o la diabetes. En definitiva, del llamado síndrome metabólico, aquel que influye en el riesgo cardiovascular. "Mantener la psoriasis controlada disminuye el riesgo de síndrome metabólico y contribuye a aumentar la supervivencia", subraya el especialista de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
De ahí la importancia de tratarla. En los últimos cuatro años, han aparecido fórmulas efectivas para mantener a raya las lesiones, por lo que Rivera señala que aquellos pacientes que dejaron el tratamiento por falta de resultados deben volver a la consulta para informarse de las nuevas alternativas. De este modo, existen los tratamientos tópicos en forma de cremas, lociones, champús o geles, los basados en radiaciones ultravioletas —la fototerapia, que puede ser natural, tomando el sol, o artificial y combinada con fármacos— y los tratamientos sistémicos. Los primeros suelen ser para psoriasis leves, mientras que en las formas moderadas o graves puede estar indicado el tratamiento sistémico tradicional, la fototerapia y/o los medicamentos biológicos. "Las mayores novedades se han registrado en las terapias biológicas, que intentan bloquear la respuesta alterada del sistema inmunitario", apunta el dermatólogo, que especifica que es necesario individualizar la terapia para cada paciente.
En definitiva, lo que se debe esperar de un tratamiento es que se blanqueen las lesiones, desaparezca su picor y se evite la aparición de otras nuevas.
Medidas prácticas
Las personas con psoriasis deben usar regularmente cremas, lociones hidratantes y emolientes para mantener la humedad y flexibilidad de la piel. Se recomienda, además, el uso del baño en vez de la ducha, tomar el sol con moderación y llevar las uñas limpias y cortas. Si éste es difícil de soportar, pueden aplicarse cremas hidratantes enfriadas en el frigorífico.
Asimismo, conviene que la ropa en contacto con la piel sea de algodón y no demasiado ajustada. La de color blanco, ayuda a disimular las lesiones. Además, conviene usar ropa interior sin costuras o ponerla del revés. Hay que evitar el tabaco, el alcohol y los picantes, y los deportes de contacto que puedan producir traumatismos sobre la piel.
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