jueves, 12 de marzo de 2009

Biocosmética, lo último en belleza (2 de 2)

Las nuevas investigaciones abren además de un aprovechamiento más racional de las plantas, nuevos campos para la salud y la belleza. Así, por ejemplo, la investigación con células madre supone ya una revolución no sólo para la medicina, sino también para la cosmética. Estas células brindan a la piel la posibilidad de auto-regenerarse de forma natural y algunas grandes marcas cosméticas anuncian ya la salida al mercado de cremas con un alto poder regenerativo.

La neurocosmética es otra de las sorpresas de la nueva generación de cosméticos. El objetivo de estas cremas es llegar directamente al sistema nervioso para reparar los daños que se producen en la epidermis con el paso de los años. Las investigaciones señalan que la epidermis y el sistema nervioso tienen el mismo origen embriológico, y por ello la piel refleja como un espejo nuestros estados de ánimo, que afloran a través de unas moléculas llamadas neuromediadores.

La biología molecular y genética hará posible enviar señales positivas a nuestro sistema nervioso para restablecer el equilibrio emocional y lograr una piel más hermosa. Todos estos avances, al margen de sus virtudes meramente cosméticas, tienen aplicaciones médicas con un abanico de posibilidades que aún desconocemos.

De la antiguedad a la antroposofia de Steiner

Las plantas fueron durante milenios las medicinas y cosméticos de la humanidad, que, bajo distintas formas y preparados, las usaba tanto para luchar contra las enfermedades como para embellecerse. El aloe vera, por ejemplo, es una de esos regalos de la naturaleza que sirve, entre otras muchas cosas, como astringente, hidratante y desinfectante.

Salvia, tomillo, menta, canela, naranja, lirio, rosas y mirra, son otras de las plantas que han desempeñado desde la más remota antigüedad un papel destacado en la medicina y la cosmética. A comienzos del siglo XX, cuando la industralización estaba cambiando radicalmente el mundo, un austriaco llamado Rudolf Steiner desarrolló, antes de morir en 1925 a los 64 años de edad, toda una filosofía que bautizó como antroposofía y que pretende acercar de nuevo el espíritu del ser humano y el espíritu del universo.

Los métodos de agricultura defendidos por Steiner hablan de un regreso a métodos tradicionales de cultivo para conservar el medio ambiente.

Las enseñanzas de este filósofo están consideradas por muchos como el origen del actual movimiento de respeto a la naturaleza y de búsqueda de alternativas naturales al uso y abuso de productos contaminantes

Autor: EFE
Fuente: Terra

No hay comentarios: