martes, 24 de marzo de 2009

Deficiencias minerales y calambres musculares (2 de 2)

Magnesio, potasio y calcio, a debate

Desde la Universidad canadiense British Columbia, en Vancouver, se investiga sobre el papel del magnesio en los calambres que se producen en reposo. Se mide el estado nutricional en este mineral en los pacientes y se comprueba si la ingesta de complementos de magnesio puede alargar el bienestar entre estos dolorosos episodios. El magnesio es un mineral que debe mantenerse en equilibrio con el calcio, el sodio y el potasio para que el sistema neuromuscular funcione de la forma adecuada y evitar así las contracciones involuntarias de los músculos.

La deficiencia de magnesio es una causa reconocida de estos problemas. En los casos que han trascendido a la literatura científica en las últimas décadas, como la revisión llevada a cabo desde el Trinity Medical Clinic de Newfoundland en Canadá, las causas más comunes de hipomagnesemia son el ejercicio excesivo y la utilización de diuréticos. En la actualidad, diversos centros de investigación buscan una solución alternativa a la quinina por su contrapartida de efectos secundarios y el magnesio es un candidato a ser protagonista de esta posible terapia.

Según investigadores del Departamento de Medicina Geriátrica de la Keele University (Reino Unido), parece ser que un suplemento de 300 miligramos de este mineral podría mejorar los calambres musculares, aunque los mismos autores del estudio publicado en el "Medical Science Monitor", advierten de que se necesita más investigación para apoyar la suplementación con magnesio como una terapia válida en este sentido.

Una alimentación pobre en frutas, verduras y hortalizas suele ser la causa frecuente de deficiencia de potasio que en los casos severos se llama hipokalemia. Un estado nutricional deficiente en este mineral puede ser otra de las causas de calambres musculares, ya que la falta de potasio da lugar a alteraciones en los potenciales eléctricos de la membrana (los motores de la acción muscular), que no pueden determinar el reposo o el movimiento. El uso de diuréticos o las diarreas frecuentes también están asociados con la falta de potasio y la aparición de los calambres.

La suplementación con calcio se ha usado con cierto éxito en investigaciones que han tratado con este mineral los calambres en las piernas de mujeres embarazadas. No obstante, los expertos sugieren que no sería prudente extrapolar estos hallazgos a la población en general, ya que hay pocos estudios realizados al respecto y no hay evidencia científica para identificar el desequilibrio nutricional de este mineral como la causa de los problemas musculares y, mucho menos, para apuntarlo como una ayuda válida en estos casos.

Calambres tras practicar deporte

Los espasmos musculares involuntarios que suelen darse tras la práctica intensa de cualquier actividad deportiva en un ambiente con altas temperaturas se pueden prevenir. La clave está en evitar la pérdida de electrolitos, sobre todo de sodio, que resulta de la excesiva sudoración durante el ejercicio físico.

Los deportistas que tras una actividad intensa se rehidratan sólo con agua no reponen sus pérdidas minerales, por lo que pueden sufrir de hiponatremia que suele ser la causa de los calambres. En estos casos, recurrir a bebidas isotónicas que contienen una combinación adecuada de los nutrientes que se pierden por el sudor suele ser suficiente para compensar las pérdidas.

Autor: Elena Piñeiro
Fuente: consumer.es

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