Es curioso que en el siglo XXI se vuelva a mirar a la naturaleza para usar productos cosméticos con ingredientes proporcionados por ella. Se trata de la cosmética Bio.Todos los biocosméticos o cosméticos ecológicos son naturales, pero un cosmético natural no necesariamente es ecológico. “Tanto los cosméticos naturales como los biocosméticos son elaborados con ingredientes vegetales, pero para que un producto sea considerado bio es necesario que al menos el 95% de sus ingredientes sean de origen natural y que al menos un 10% de sus componentes provengan de agricultura biológica. Más aún, los ingredientes de origen natural deben ser compuestos vegetales (nunca animales), provenientes de cultivos biológicos en los cuales no se empleen aditivos, como pesticidas o fertilizantes químicos, en todo el proceso desde la preparación de la tierra, la siembra, la recolección, la destilación y hasta en el laboratorio”, explica la doctora Carmen Sandoval, directora de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello.
Además, para la elaboración de los biocosméticos se deben emplear procedimientos totalmente naturales. Su fabricación debe generar un mínimo impacto ecológico en el medioambiente, al igual que su almacenamiento y transporte; no deben contener conservantes, colorantes, perfumes, siliconas ni productos artificiales; ni ser sometidos a control en animales y su envase debe ser reciclable.
Control de calidad
Las empresas europeas demuestran la excelencia de sus productos con exigentes controles de calidad y otros procesos para prevenir reacciones alérgicas, y han comenzado a establecer normas comunes, bajo el control de algunos organismos.
“Francia, Italia, Alemania y Reino Unido cuentan con organismos que controlan y conceden certificados que aseguran que esos productos son auténticamente bio. El Organismo de Control y Certificación mediante la entrega del certificado Ecocert, reconocido por la Unión Europea, garantiza que la formulación de los cosméticos contenga ingredientes naturales de origen biológico y que se hayan fabricado respetando el medio ambiente”, comenta la química farmacéutica.
Componentes
Dentro de los componentes activos de la biocosmética destacan compuestos vegetales tradicionalmente empleadas en cosméticos como la manzanilla (Matricaria chamomilla), el cacao (Theobroma cacao), el aloe (Aloe barbadensis), la caléndula (Calendula officinalis), entre otras, los aceites esenciales destilados mediante arrastre de vapor de agua de diversas plantas aromáticas y otros productos más novedosos como el ADN de alta polimerización extraído del germen de trigo (Triticum aestivum).
“Se desarrollan productos con diferentes texturas, sensación y componentes que se adaptan a las necesidades de cada tipo de piel, aportando propiedades como hidratación, firmeza, brillo y potenciando su belleza natural”, explica la especialista de la UNAB.
La biocosmética, que en la actualidad alcanza alrededor de un siete por ciento del comercio de productos de belleza, se convierte en un promisorio negocio que puede mover altas cantidades de dinero dado el gran atractivo que tienen este tipo de productos en la población y la creciente oferta de ellos.
Fuente: Natudelia
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