jueves, 12 de marzo de 2009

Entre la alergia y la intolerancia alimentaria

Una proporción notable de consumidores confunden alergias alimentarias con intolerancia a algún componente de un alimento.

Entre la alergia, la intolerancia y la aversión a los alimentos hay una importante diferencia. La percepción de muchas personas de que tienen «alergia a algo» no se corresponde con las cifras reales de alergias y a menudo de lo que se trata es de intolerancia o aversión a un alimento (algunos estudios sugieren que entre el 20% y 30% de la población creen ser alérgicos, cuando sólo lo son realmente entre el 1) y el 2%).

Así lo explica la web de la agencia alimentaria británica (Food Standars Agency, FSA) que acaba de iniciar una sección de información sobre intolerancia y alergia alimentarias.

Lo menos común es la anafilaxis, una reacción alérgica en la que están implicados la inmunoglobulina E o IgE (anticuerpos), y que puede ser desencadenada por alimentos (en realidad por determinadas proteínas presentes en esos alimentos) como la leche de vaca, huevos, cacahuetes, trigo, soja, pescado, marisco, nueces. También, aditivos alimentarios como los sulfitos.

Esta respuesta alérgica puede llegar a ser grave, con síntomas como náusea, vómitos, dolores de estómago, diarrea, hinchazón en los labios y en las articulaciones, ansiedad, dolor de cabeza, silbido al respirar, estornudos... Los síntomas más peligrosos son el descenso de la presión arterial, dificultades al respirar, shock y pérdida del conocimiento.

Fuente: Natudelia

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